lunes, 23 de agosto de 2010

La unidad de las religiones. parte 3

En los divinos Libros Sagrados existen inconfundibles profecías que dan las buenas nuevas de cierto Día en el que el Prometido de todos los Libros aparecerá...


...una brillante Dispensación será establecida, la bandera de la Más Grande Paz y de la conciliación será izada y se proclamará la unidad del mundo de la humanidad. Entre las diversas naciones y pueblos del mundo no quedará enemista y odio, todos los corazones serán vinculados entre sí.



Estas cosas están registradas en el Torá o Antiguo Testamento, en el Evangelio, el Qur'án, el Zend-Avesta, los Libros de Buda y el Libro de Confucio. En resumen, todos los Libros Sagrados contienen estas buenas nuevas. Anuncian que después de que el mundo haya sido rodeado por la oscuridad, la luz surgirá. Porque igual que las horas de la noche en que se vuelve excesivamente oscura preceden a la aurora de un nuevo día, también cuando la oscuridad de la apatía religiosa se apodera del mundo, cuando las ideas materialistas ensombrecen la espiritualidad, cuando las naciones se sumergen en el mundo de la materia y se olvidan de Dios, en un momento como éste brillará el Sol divino y aparecerá la esplendente Aurora.



Considerad hasta qué límite extraordinario ha sido sojuzgada por el materialismo la espiritualidad de la gente, los sentimientos espirituales parecen haber desaparecido, la civilización divina se vuelve decadente y la guía y el conocimiento de Dios ya no perduran. Todos están sumergidos en un mar de materialismo. Aunque algunos asisten a iglesias y templos de devoción y adoración, ello se realiza de acuerdo a las tradiciones e imitaciones de sus padres y no para la investigación de la realidad y no están ocupados en su adoración. Se aferran a ciertas imitaciones que han llegado a ellos desde sus padres y antepasados. Se han acostumbrado a pasar cierto período de tiempo de adoración en el templo de acuerdo a imitaciones y ceremonias. Prueba de ello es que el hijo de todo padre judío se vuelve judío y no cristiano; el hijo de todo musulmán se vuelve seguidor del Islam; el hijo de todo cristiano demuestra ser cristiano; el hijo de todo zoroastriano es zoroastriano, etc. Por tanto, la fe y creencia religiosa es un remanente de ciegas imitaciones que han descendido a través de los padres y antepasados. Debido a que el padre de éste joven era judío, él se considera judío. No es que él haya investigado la realidad y probado a sí mismo satisfactoriamente que el judaísmo es correcto. No, más bien, él está consciente de que sus antecesores siguieron ese curso; por tanto él también se adhiere a ello.



El propósito de esto es explicar que la oscuridad de las imitaciones circunda el mundo. Todas las naciones se aferran a sus forma religiosas tradicionales. La luz de la realidad está oscurecida. Si estas diversas naciones investigaran la realidad, no cabe duda que lo lograrían. Coma la realidad es una, todas las naciones se volverían entonces una sola. En tanto ellas se adhieran a diversas imitaciones y estén privadas de la realidad, continuarán la contienda y la guerra y prevalecerán el rencor y la sedición. Si investigaran la realidad, no quedaría ni rencor ni enemistad y lograrían entre ellas la mayor concordia.



Durante los años en que la oscuridad de la negligencia era más intensa en el Oriente y el pueblo estaba tan sumergido en las imitaciones que las naciones estaban sedientas de la sangre de las otras, considerándose mutuamente contaminadas y rehusando asociarse; en un momento como éste, Bahá'u'lláh apareció. Se levantó en el Oriente desarraigando las bases mismas de las imitaciones y produjo la aurora de la luz de la realidad. A través de Él varias naciones se unieron porque todas deseaban la realidad. Por cuanto investigaron la realidad en la religión, descubrieron que todos los hombres son siervos de Dios, posteridad de Adán, hijos de una sola familia, y que los fundamentos de todos los profetas son uno. Dado que las enseñanzas de los profetas son realidad, sus principios son uno. La enemistad y contienda de las naciones, por tanto, se deben a las imitaciones religiosas y no a la realidad que subyace en las enseñanzas de los profetas. A través de Bahá'u'lláh las naciones y corazones se unieron y las vidas se amalgamaron. Después de siglos de odio y rencor los cristianos, judíos, zoroastrianos, musulmanes y budistas se reunieron en camaradería, todos ellos con el más extremo amor y unidad. Se unieron y dialogaron mancomunados porque habían percibido la realidad.

Los Profetas divinos están unidos en el perfecto estado del amor. Cada uno ha dado las buenas nuevas de la venida de su sucesor y cada sucesor ha confirmado a Aquel que lo precedió. Ellos estaban en la más grande unidad, pero sus seguidores están en lucha...



...Por ejemplo, Moisés dio el mensaje de las buenas nuevas de Cristo y Cristo confirmó el estado profético de Moisés. Por tanto, entre Moisés y Jesús no hay variación o conflicto. Están en perfecta unidad, pero existe el conflicto ente judíos y cristianos. Ahora, por tanto, si los pueblos judío y cristiano investigaran la realidad que subyace en las enseñanzas de sus Profetas, se volverían amables en la actitud de los unos hacia los otros y se asociarían en el mayor amor, pues la realidad es una y no dual o múltiple....



...Si esta investigación de la realidad fuese universal, las naciones divergentes ratificarían a todos los Profetas divinos y confirmarían todos los Libros Sagrados. No quedaría ni contienda ni rencor, y el mundo se uniría. Entonces nos asociaríamos en la realidad del amor. Seríamos como padres e hijos, como hermanos y hermanas viviendo juntos en completa unidad, amor y felicidad. Porque este siglo es el siglo de la luz. No es como los siglos anteriores. Los siglos pasados fueron épocas de opresión.



Ahora los intelectos humanos se han desarrollado y la inteligencia humana ha aumentado. Cada alma está investigando la realidad. Estamos viviendo un momento en el que deberíamos disfrutar de verdadera amistad. Los fundamentos de los sistemas religiosos son uno debido a que todos provienen de la realidad indivisible; pero los seguidores de estos sistemas han disentido; discordia, lucha y guerra han surgido entre ellos, pues abandonaron el fundamento y se adhirieron a lo que sólo es imitación y apariencia. Puesto que las imitaciones difieren, el resultado es enemistad y disensión.(Abdul-Bahá)

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